En plena tensión comercial entre China y EEUU Tesla anuncia planta en Shangai
La semana pasada Beijing subió a 40% el arancel a los autos estadounidenses, lo que llevó a la firma a elevar los precios.
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La automotriz estadounidense Tesla alcanzó un acuerdo preliminar con las autoridades de la ciudad china de Shangai para construir una fábrica que competirá con la producción de su única planta de ensamblaje en Estados Unidos, en el mayor paso que ha dado hasta ahora su fundador Elon Musk para expandirse en el extranjero.
El fabricante de autos eléctricos espera completar la planta en dos años y alcanzar un máximo de producción anual de 500 mil autos dos o tres años después de esa fecha.
El anuncio llega en momentos en que el presidente estadounidense Donald Trump intenta fomentar la fabricación en EEUU.
La semana pasada, además, la Casa Blanca impuso aranceles de 25% a bienes chinos por US$ 34 mil millones, lo que provocó que Beijing también respondiera con aranceles a las importaciones estadounidenses.
Con esto, Tesla sigue los pasos del fabricante de motos Harley-Davidson en expandirse fuera de EEUU, para evitar el impacto de la escalada arancelaria que lanzó Washington en contra de sus principales socios comerciales: China, la Unión Europea, Canadá y México.
Las autoridades chinas, por su parte, han relajado las condiciones para la inversión foránea. En el caso de la industria automotriz, permitieron a los fabricantes ser dueños de un 100% de su producción en China, en lugar de obligar a los actores extranjeros a asociarse con firmas locales.
Apuesta internacional
El fabricante busca expandir su capacidad y llegar de manera más eficiente a los mercados internacionales. La única planta de montaje de autos de Tesla se encuentra en Fremont, California, y cuenta además con una gigantesca fábrica de baterías en Nevada.
Después de avanzar en China, el mercado de vehículos eléctricos más grande del mundo, Tesla ha dicho que dará a conocer planes hacia fines de este año para construir una planta en Europa.
Desde que Musk anunció hace un año sus planes de abrir una fábrica en Shangai, el inicio de la producción en China se ha vuelto más crucial: en respuesta a los aranceles impuestos por Washington, China aumentó a 40% el arancel a la importación de autos fabricados en EEUU, lo que llevó a Tesla a subir los precios.
El valor del sedán Model S y del crossover Model X se elevó a US$ 30 mil, dejando a estos vehículos fuera del alcance de millones de consumidores en su segundo mayor mercado a nivel mundial.
La apertura de la planta en China exime a la empresa de ese arancel y reduce, al mismo tiempo, los costos del transporte de los autos y el suministro de sus componentes.
Mercado en alza
China presenta una gran oportunidad de crecimiento para Tesla y rivales como las alemanas BMW y Daimler, que tratan de aprovechar un mercado masivo y de rápido crecimiento para vehículos de energía limpia.
Esta categoría, que incluye a los autos a batería, híbridos enchufables y de celda de combustible, alcanzó las 777 mil unidades el año pasado y podría superar 1 millón este año, según estimaciones de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles. El objetivo del gobierno es de 7 millones de vehículos al año para 2025.
China representó un 17% de los ingresos de Tesla en 2017, de acuerdo con una presentación a los reguladores estadounidenses.